No es la convención de Cobos sí o Cobos no", dijo el jefe partidario, Morales
Pocos días antes de la convención que congregará en Córdoba al radicalismo de todo el país, el presidente de la UCR, el senador nacional Gerardo Morales, anticipó a LA NACION que su estrategia será evitar que el encuentro quede limitado a definir la vuelta o no al partido del vicepresidente Julio Cobos.
"No es la convención de Cobos sí o Cobos no, sino del relanzamiento del radicalismo", se plantó Morales, que anticipa que los medios estarán pendientes de las definiciones que tome su partido sobre la suerte del vicepresidente.
Si la mayoría de los 344 convencionales acompaña la postura de Morales, tal como se prevé, la UCR abrirá las puertas a los radicales kirchneristas (conocidos como radicales K), pero con limitaciones que, por ahora, impedirán el regreso formal de Cobos como afiliado.
"Se va a ratificar el documento de la mesa del comité federal, que dice que a los que vuelvan se les pedirá adhesión a los lineamientos partidarios y acatamiento de las decisiones orgánicas de la UCR", dijo Morales a LA NACION. Y agregó: "Además se va a establecer la incompatibilidad de ser funcionario de este gobierno y trabajar desde el radicalismo por un proyecto distinto", graficó el titular del partido.
Aunque esas condiciones son muy resistidas por el alfonsinismo y los cobistas, que quieren una amnistía total, muchos en el partido entienden que sería una contradicción que perjudicaría tanto a la UCR como al propio Cobos trabajar activamente desde un partido opositor mientras integra el Gobierno.
Hipólito Solari Yrigoyen, el dirigente elegido por consenso para presidir la convención que sesionará el viernes y el sábado próximos en Mina Clavero, ya envió señales favorables a Morales.
"El vicepresidente no puede aceptar la línea del partido en la medida en que es parte del gobierno nacional", opinó.
De todos modos, Solari Yrigoyen aclaró que Cobos no debería renunciar de ninguna manera a su cargo, sino que, según consideró, tiene que esperar el fin del mandato para sumarse nuevamente a las filas de la UCR de manera orgánica.
El vicepresidente, más impaciente, mientras dialoga con la UCR trabaja en un armado político propio en todo el país pensando en las elecciones de 2009, tal como LA NACION anticipó hace más de un mes.
Además de convocar a los radicales que se fueron del partido, la convención de Córdoba iniciará una reforma para modernizar a la burocratizada UCR.
Morales tendría consenso para dos de sus propuestas más ambiciosas: que las bancas legislativas sean del partido y no del legislador (un modo de combatir la "borocotización") y convocar para abril próximo a elecciones internas, donde se elijan no sólo las nuevas autoridades del partido, sino también los candidatos que competirán en los comicios de 2009. Voz y voto
Esa última idea, resistida por el alfonsinismo bonaerense, busca desterrar los acuerdos de cúpula y que los afiliados tengan voz y voto en la elección de sus candidatos.
Para lograr el apoyo en esas iniciativas, Morales tuvo que resignar varias de sus ideas más revolucionarias. Entre ellas, que todos los cargos partidarios provinciales y en la convención se renovaran el año próximo. También tuvo que resignar su proyecto de establecer un mecanismo de acceso a la información para los afiliados al centenario partido y la obligación de los candidatos de presentar una declaración jurada de bienes antes de postularse a cualquier cargo electivo.
Esas propuestas pasarán al análisis de una comisión de modernización partidaria que quedará definida en la convención y deberán esperar bastante para ver la luz. Otro "cobista". El ex canciller y actual secretario de Asuntos Políticos de la OEA, Dante Caputo, visitó ayer al vicepresidente Julio Cobos en el Senado; oficialmente, se informó que hablaron de la crisis financiera mundial, aunque en el radicalismo cuentan que Caputo asesora "informalmente" a Cobos en política exterior.
"No es la convención de Cobos sí o Cobos no, sino del relanzamiento del radicalismo", se plantó Morales, que anticipa que los medios estarán pendientes de las definiciones que tome su partido sobre la suerte del vicepresidente.
Si la mayoría de los 344 convencionales acompaña la postura de Morales, tal como se prevé, la UCR abrirá las puertas a los radicales kirchneristas (conocidos como radicales K), pero con limitaciones que, por ahora, impedirán el regreso formal de Cobos como afiliado.
"Se va a ratificar el documento de la mesa del comité federal, que dice que a los que vuelvan se les pedirá adhesión a los lineamientos partidarios y acatamiento de las decisiones orgánicas de la UCR", dijo Morales a LA NACION. Y agregó: "Además se va a establecer la incompatibilidad de ser funcionario de este gobierno y trabajar desde el radicalismo por un proyecto distinto", graficó el titular del partido.
Aunque esas condiciones son muy resistidas por el alfonsinismo y los cobistas, que quieren una amnistía total, muchos en el partido entienden que sería una contradicción que perjudicaría tanto a la UCR como al propio Cobos trabajar activamente desde un partido opositor mientras integra el Gobierno.
Hipólito Solari Yrigoyen, el dirigente elegido por consenso para presidir la convención que sesionará el viernes y el sábado próximos en Mina Clavero, ya envió señales favorables a Morales.
"El vicepresidente no puede aceptar la línea del partido en la medida en que es parte del gobierno nacional", opinó.
De todos modos, Solari Yrigoyen aclaró que Cobos no debería renunciar de ninguna manera a su cargo, sino que, según consideró, tiene que esperar el fin del mandato para sumarse nuevamente a las filas de la UCR de manera orgánica.
El vicepresidente, más impaciente, mientras dialoga con la UCR trabaja en un armado político propio en todo el país pensando en las elecciones de 2009, tal como LA NACION anticipó hace más de un mes.
Además de convocar a los radicales que se fueron del partido, la convención de Córdoba iniciará una reforma para modernizar a la burocratizada UCR.
Morales tendría consenso para dos de sus propuestas más ambiciosas: que las bancas legislativas sean del partido y no del legislador (un modo de combatir la "borocotización") y convocar para abril próximo a elecciones internas, donde se elijan no sólo las nuevas autoridades del partido, sino también los candidatos que competirán en los comicios de 2009. Voz y voto
Esa última idea, resistida por el alfonsinismo bonaerense, busca desterrar los acuerdos de cúpula y que los afiliados tengan voz y voto en la elección de sus candidatos.
Para lograr el apoyo en esas iniciativas, Morales tuvo que resignar varias de sus ideas más revolucionarias. Entre ellas, que todos los cargos partidarios provinciales y en la convención se renovaran el año próximo. También tuvo que resignar su proyecto de establecer un mecanismo de acceso a la información para los afiliados al centenario partido y la obligación de los candidatos de presentar una declaración jurada de bienes antes de postularse a cualquier cargo electivo.
Esas propuestas pasarán al análisis de una comisión de modernización partidaria que quedará definida en la convención y deberán esperar bastante para ver la luz. Otro "cobista". El ex canciller y actual secretario de Asuntos Políticos de la OEA, Dante Caputo, visitó ayer al vicepresidente Julio Cobos en el Senado; oficialmente, se informó que hablaron de la crisis financiera mundial, aunque en el radicalismo cuentan que Caputo asesora "informalmente" a Cobos en política exterior.
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