No pudo asistir al acto por razones de salud, pero convocó al diálogo en un video
Por Laura Capriata De la Redacción de
LA NACION
El festejo comenzó en un Luna Park colmado de banderas rojas y blancas y militantes radicales al borde de las lágrimas, y terminó frente a la casa de Raúl Alfonsín con una multitudinaria manifestación. Así, la UCR homenajeó anoche al ex presidente en el 25° aniversario de las elecciones que marcaron el fin de la última dictadura militar.
Si bien Alfonsín no pudo asistir por su delicado estado de salud, estuvo presente con un emotivo mensaje grabado en video, en el que hizo un llamado al diálogo entre los argentinos. "Diálogo que no es simplemente diálogo entre gobierno y oposición, que es diálogo también dentro de la oposición", dijo el ex mandatario. Y planteó que el Gobierno "no puede sentirse el realizador definitivo de la Argentina del futuro porque haya ganado una elección". Fue el pasaje más aplaudido del ex presidente.
Los organizadores del acto improvisaron un final a lo grande y convocaron a los casi 8000 radicales reunidos a marchar 15 cuadras hasta la casa de Alfonsín, en Santa Fe al 1700.
El ex presidente pidió "no quedarnos en un pasado que ya fue" (un reproche que suele hacerle al kirchnerismo) ni creer que se construye democracia "sobre la base de la destrucción" de todo lo preexistente (lo llamó "neoanarquismo").
En cambio, hizo un fuerte llamado al diálogo y a la búsqueda de consensos. "Tenemos que querernos más entre todos los argentinos, porque a través del esfuerzo común es cómo vamos a resolver nuestros problemas", exhortó.
En las gradas del Luna Park, ocupadas por la militancia joven, pero también por familias y señoras que querían ver al ex presidente, se mezclaba la desazón por la ausencia de líder radical con la emoción de escuchar sus palabras grabadas.
"Olé olé, olé olá, somos la vida, somos la paz, somos el juicio a la junta militar", fue el canto más repetido. Aunque no faltó ninguno de aquellos clásicos que los jóvenes radicales entonaban en el 83.
En referencia a los años 70, Alfonsín habló de los miles de jóvenes "llevados a verdaderas catástrofes" por perseguir objetivos esenciales, pero que "no podían concretarse a través de la violencia", y recordó que no existe democracia sin disensos.
El ex presidente dejó sentada su opinión política cuando pidió no sólo diálogo entre la oposición y el Gobierno, sino también "dentro de la oposición".
No fue un mensaje inocente. En la primera fila lo escuchaban los dirigentes que ya no están entre las filas del centenario partido: el vicepresidente Julio Cobos (ex líder de los radicales K) y los fundadores de la Coalición Cívica, Elisa Carrió; y de Recrear, Ricardo López Murphy.
El dato no puede escapar a una lectura política, justo cuando buena parte de la oposición (ellos tres incluidos) ensaya acuerdos para llegar aliados a las próximas elecciones.
"Alfonsín y yo luchamos por la unidad del partido, para volver al radicalismo", reconoció Cobos, que llegó acompañado por el gobernador de Corrientes, Arturo Colombi, y una decena de intendentes y legisladores de su grupo.
"No especulo con un retorno a la UCR, abogo por la conformación de un frente cívico que le dé al país una alternativa", admitió López Murphy, que dialoga con dirigentes de varios sectores.
Mirada al futuro
En cambio, como escondida en una punta del sector de invitados especiales, Elisa Carrió se esforzaba por sacarle contenido político a su presencia.
"Vine por 40 años de historia familiar, hice lo que me pidió el corazón", dijo a LA NACION, también rodeada de una decena de diputados y el candidato porteño, Alfonso Prat-Gay. La jefa de la Coalición Cívica se fue cuando supo que Alfonsín no iría.
Con el corazón añorando el pasado, pero la mirada puesta en el futuro, el acto radical estuvo lleno de mística partidaria y referencias a 1983, pero en todo momento la UCR buscó mostrar que atraviesa un proceso de recuperación y se ve a sí misma como eje de un proyecto opositor alternativo al Gobierno.
Así lo dejaron claro los otros oradores, el presidente del partido, Gerardo Morales, y el jefe de la Juventud Radical, Juan Nosiglia, que convocaron a una construcción junto a otros partidos, en medio de elogios a la figura de Alfonsín. "El llamó a bajar las banderas partidarias y levantar la celeste y blanca", apuntó Morales.
El jefe de la UCR le pegó muy duro al kirchnerismo, pero debió soportar los silbidos de los radicales rionegrinos, que le pidieron que levantara la intervención del distrito.
Frente al escenario, escuchaban varios ministros de Alfonsín, dirigentes cercanos a él como Federico Storani, Leopoldo Moreau, Jesús Rodríguez y Enrique Nosiglia. El bloque de diputados y senadores radicales casi completo, radicales K como los intendentes Enrique García y Gustavo Posse, y dirigentes de todas las épocas.
"No falta nadie, hace años que no teníamos un acto así masivo", se entusiasmaban los radicales, sorprendidos por la repercusión del acto.
El festejo, que había empezado con una vigilia de los jóvenes frente a la casa del Alfonsín, terminó en el mismo lugar.
En una caravana bulliciosa, que cortó por completo la avenida Santa Fe desde Carlos Pellegrini hasta Callao, buena parte de los dirigentes que estuvieron en el Luna Park le hicieron oír su entusiasmo a Alfonsín, que siguió el acto por Internet y por televisión.
Atrás había quedado el Luna Park, que después de tantas peleas sirvió para recordar la mejor victoria, la de la democracia.
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