Ya acordó con la Coalición Cívica y el macrismo rechazar la propuesta oficial. En las próximas horas, presentarán su iniciativa, que pretende establecer mayores beneficios a los jubilados. Intentan que el socialismo la acompañe.
La UCR decidió romper lanzas. Luego de algún titubeo frente a la decisión oficial de barrer con las AFJP y la jubilación privada -un reclamo que ellos mismos hicieron en los últimos años-, anoche terminaban de afinar un proyecto propio que presentarán en las próximas horas en la Cámara baja. La propuesta radical, a la que tuvo acceso Clarín, incluye el reemplazo de las AFJP, pero también marca diferencias con el proyecto kirchnerista y establece mayores beneficios para los jubilados.Los radicales no están solos. O, al menos, pretenden no estarlo: mientras ayer el oficialismo -con el ministro Carlos Tomada y el jefe de la ANSeS, Amado Boudou, a la cabeza- empezaba a desfilar por la Comisión Bicameral de Previsión Social y de Presupuesto y Hacienda para explicar las bondades del proyecto que firmó Cristina Kirchner, por afuera, las reuniones cruzadas entre distintos bloques de la oposición no paraban."Ya hablamos con la Coalición Cívica y con el macrismo y todos vamos a votar en contra del proyecto oficial", le decía anoche a Clarín una de las caras visibles de la UCR en la Cámara baja, desterrando una idea que acaricia el kirchnerismo: que el grueso de la oposición apruebe el proyecto en general y marque sus disidencias a la hora de votarlo en particular.El próximo paso de los radicales es sumar al socialismo a su proyecto alternativo y ver qué camino deciden seguir los diputados de Elisa Carrió y Mauricio Macri cuando tengan que levantar la mano -si la levantan- por alguna alternativa. "La decisión del socialismo se toma en Santa Fe", admitía un legislador del PS, en obvia alusión al gobernador Hermes Binner.Por lo pronto, radicales y socialistas ya tienen algunas coincidencias: derogar la ley que obliga a las provincias a cederle el 15 % de la coparticipación a la ANSeS ("si absorben los aportes privados, esa ley ya no tiene razón de ser", decía un diputado opositor) y ponerles un corsé inviolable a los fondos privados y al ente que los maneje.De momento, hay en la oposición una certeza: la posibilidad de negociar una salida con el oficialismo parece cada vez más lejana. Todos ven cinchando del otro lado de la cuerda al propio Néstor Kirchner. Los radicales dicen que el jefe de Gabinete, Sergio Massa, "tiene espíritu negociador, pero lo van a terminar limando como pasó con Tomada. Se rumorea que el Ejecutivo viene durísimo", comentan. Un tiro por elevación a Kirchner. Confían, igual, en el predicamento que pueda tener en Olivos el jefe del bloque kirchnerista, Agustín Rossi, si el asado empieza a quemársele en el Congreso."El riesgo es terminar como con el tema del campo y que las AFJP sigan reinando", se confesaba un socialista, poco antes de entrar ayer a una reunión del partido. Citaba, además, a un colega de otro bloque: "Que no se termine prostituyendo una idea que es buena"."Malo, precario, un mamarracho", fueron las palabras que usó el jefe de la UCR, Gerardo Morales, para calificar el proyecto oficial y cerró así toda posibilidad de consenso con el Gobierno. Por eso, las reuniones con los bloques opositores. "Todavía no hablamos ni con los cobistas ni con Claudio Lozano", dicen. Pero aclaran que sólo será cuestión de horas. También tienen en la lista al más rebelde de los kirchneristas: Felipe Solá.En estos días, la oposición no ahorró adjetivos: Macri dijo que esta reforma era un "error criminal". Carrió habló de "una banda de ladrones" y advirtió que la estrategia de sus diputados es la de "negarse a discutir" la ley. Ayer mismo, Rossi empezó a recoger el guante y acusó a la ex diputada de eso mismo: de buscar "que no haya debate" en el Congreso. Algo parece cierto: difícilmente Morales, Macri y Carrió puedan volver de sus duras palabras: Mamarracho, criminal, ladrones, dijeron.Y mientras las AFJP se pintan la cara, los bonos caen como anclas y el dólar reverdece, la incógnita es hasta dónde están dispuestos a ceder Gobierno y oposición.Lo curioso es que coincidan, mayoritariamente, en la necesidad de reformular el sistema previsional. Lo increíble, que no puedan sentarse juntos a pensar cómo.
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